Juan José Calero está de manteles largos. El delantero de los Tuzos cumple un año en Primera División y aseguró que se siente orgulloso de los logros obtenidos hasta el momento. Sabe que aún es muy joven y con un camino por recorrer muy largo.
A diferencia de otros jugadores, no le quita el sueño emigrar al extranjero, su objetivo es convertirse en un ídolo de Pachuca, tal como lo fue su papá, el portero Miguel Calero.
“Ahorita no pienso en eso. Estoy consciente de que falta, de que me tengo que consolidar en Primera División y después, con mi trabajo, probablemente vengan esas cosas.
“Sólo soy una promesa, quiero jugar un torneo completo, hacer mi historia y me quiero ir de Pachuca como ídolo”, platicó el jugador a RÉCORD.
Desde que era pequeño se fijó la meta de debutar antes de los 18 años; sin embargo, no imaginó que los éxitos se darían tan rápido. Considera que todo esto se debe al apoyo que ha recibido por parte de su entrenador, compañeros y de la institución tuza.
“El balance ha sido bueno. He aprendido mucho, me he sentido muy bien, muy acogido por el grupo, técnico y club.
“Es lo que uno siempre busca, pero no me lo esperaba tan pronto, ni el debut ni los goles, pero creo que esta carrera es corta y también estoy consciente de que me falta mucho por recorrer. Todo me llegó antes de lo que esperaba. Cuando me di cuenta ya estaba jugando mi primer partido en Primera División”, dijo.
Como delantero, buscará marcar goles que favorezcan a su equipo. Está motivado y dice que ser hijo de una figura como Miguel Calero no es motivo de presión, pero sí asume la responsabilidad de seguir llevando el apellido muy en alto.
"Sé que haga lo que haga siempre será una responsabilidad grande ser el hijo de Calero. Es una motivación saber que puedo seguir con el legado", sentenció.
