“Entusiasmado, emocionado. Estoy muy ansioso por llegar a tierra mexicana. De verdad, es una oportunidad que me da la vida y que me tiene muy inquieto, quiero que empiece ya”, asegura en exclusiva para RÉCORD Julián Velázquez, quien arribó de su Corrientes natal tras 12 horas de autobús, ya que en Argentina una serie de conflictos gremiales en el sector aeroportuario le anularon la posibilidad de subirse a un avión.
Instalado solamente por unas pocas horas en un hotel de la ciudad autónoma de Buenos Aires, muy coqueto por cierto, el llamado ‘Avispa’, recibió feliz a RÉCORD con mucho entusiasmo y con ganas de contar el porqué de tanta energía.
“Tuve una seguidilla de cosas feas que me hicieron madurar, aprender. En aquel momento sentía que el mundo se me venía abajo. Que era mi fin, pese a que todos destacaban mis cualidades técnicas y tácticas. No es que no las veía. Sabía de mi condición pero el entorno de las circunstancias hacían que pusiera mal mi foco y que cuestiones anímicas influyeran más que mi propia capacidad en el deporte.
Hoy, a la distancia agradezco haber padecido esos momentos porque me hice hombre y maduré en todo sentido. Aprendí pese a que eso feo que pasaba no era culpa mía directamente”, asegura el defensor, con una sonrisa contagiosa.
Rumania es parte de lo negativo que te venía sucediendo, eso es un hecho, pero, ¿Croacia fue el inicio de volver a ser?
Sin dudas. Es tal cual lo dices. Croacia me permitió volver a ser el que siempre fui en mi primera etapa, pero que por inconvenientes externos al juego en sí, me nublaron el camino. Croacia me hizo jugador de nuevo. Fue un proceso muy duro y ser futbolista es una carrera tan corta que cuando algo no sale bien sientes que es el fin del mundo.
Pero, con tu nivel de juego, ¿no veías que eso malo era algo pasajero?
¿Sabes todo lo que aprendí de mi dolor? No sólo con el futbol sino con la vida. Mucha gente me dejó solo y en el momento era duro, pero hoy me doy cuenta que está conmigo quien vale y tiene que estar. Maduré, me hice hombre y trabajé mucho para entenderlo. Hoy soy el mismo jugador de siempre, pero fuerte y con esa personalidad que todos vislumbraban de pequeño, pero que se vio oculta por momentos difíciles.
Me ayudó mucho mi familia, se quedaron a mi lado pese a todo y mis ganas de progresar. También mi psicóloga me ayudó un montón para volver a ser yo mismo.
Víctor Valdés, en una entrevista tras su lesión más importante dijo que...
(Interrumpe entusiasmado)... Vi esa entrevista. Me sentí tan identificado que no podía parar de llorar. Me ayudó verla. La vi una y otra vez. Creo que si la veo ahora, lloro de nuevo. Es tal cual dijo él. Dejamos de ser mortales comunes y ante una lesión, cuando volvemos a ser uno más, estamos descolocados. No entendemos nada.
Es que en este medio te enseñan a subir, pero no te preparan por si te toca caer... Absolutamente. No te enseñan a saber qué hacer cuando algo no sale bien. Casi que te descartan y si no tienes fuerza de voluntad o gente que te quiere y te ayude a verlo, fuiste. Por suerte, yo tuve mucha fuerza de voluntad y los pocos que se quedaron, valen más que el oro mismo.
¿En qué momento llegas a Cruz Azul?
Cruz Azul es la frutilla del postre a tanto esfuerzo. Es la oportunidad para demostrar quién soy, que soy fuerte y que volví a ser ese jugador que todos admiraban pese a que era muy jovencito. Sigo siendo joven pero con una experiencia que me hizo crecer. Soy fuerte, tengo ganas y estoy muy emocionado por esta oportunidad en un club tan grande. Estaba en Corrientes con mi mamá (Carola) y nos abrazamos emocionados por esta chance. Un sueño hecho realidad. Para la gente pueden ser palabras de seducción hacia la afición. Quien me conoce y estuvo a mi lado todo este tiempo sabe que en este momento de mi vida, México es una bendición, un reconocimiento a haber hecho las cosas bien.
¿Pensaste mucho para aceptar?
No, fue casi de inmediato. Yo llegué a visitar a mi familia en Corrientes y a los dos días de vacaciones Ricardo (Giusti, su representante) me dijo de esta posibilidad y mi corazón explotó de la felicidad. Encima, ante esa posibilidad empezaron a lloverme mensajes de la afición por Facebook. Me sorprendieron gratamente con tanta pasión y saludos de bienvenida. Se ve que googlearon mucho, jaja.
¿Qué vas a brindarle al equipo?
Ganas, garra. Cruz Azul quiere a un jugador que desea ganar, que va a dejar, como siempre, la piel por el equipo. Hasta la última gota de sudor tendrán mía. Recupero mi rol de jugador en un equipo enorme y quiero llegar ya. Les brindaré la experiencia de un hombre que luchó por volver a ser jugador y ellos me brindarán, por ser tan grandes, la posibilidad de que el mundo vea este progreso. Una sociedad en su mejor momento tendremos.