En medio de una crisis de resultados y de falta de gol, Omar Bravo está de manteles largos al cumplir 15 años como futbolista profesional. El 17 de febrero de 2001, el mochiteco vio la luz como profesional en la cancha del Universitario.
La leyenda de Omar Bravo se empezó a escribir en el Verano 2001 cuando las Chivas visitaron a los Tigres y a los 72 minutos Jorge ‘Vikingo’ Dávalos decidió relevar a Héctor Valenzuela para darle entrada al mochiteco.
En esta temporada jugó dos partidos más y fue hasta el siguiente torneo que marcó su primera anotación. Bravo Tordecillas se hizo presente por primera vez en el marcador ante Toluca dándole el empate al Rebaño Sagrado.
Sus goles y su liderazgo, lo hicieron un referente rojiblanco. En el Apertura 2006 alzó su primer y único título del futbol mexicano y dos años después decidió emprender el sueño europeo en España.
Durante seis meses intentó ganarse la titularidad, pero sólo jugó nueve partidos en los que consiguió una anotación. Tras su breve paso por el Viejo Continente, regresó al futbol mexicano para vestir la casaca de los Tigres en enero de 2009.
Con los Felinos, la suerte no estuvo de su lado y para el Apertura 2009 volvió con el Guadalajara, donde se reencontró nuevamente con el gol y por ello intentó volver a probar suerte en el extranjero, aunque en esta ocasión sería en la MLS con el Sporting Kansas City.
Para el 2012 regresó a México con el Cruz Azul, donde marcó seis goles y luego de un año como celeste sorpresivamente se fue al Atlas, uno de los rivales más grandes del Guadalajara, donde brilló y volvió a ser ese delantero explosivo.
Jorge Vergara, al ver su accionar con los Rojinegros en 2013 decidió volverlo a llevar a Chivas, donde se convirtió en el capitán y de paso en el máximo anotador en la historia del equipo superando a Chava Reyes.