Chivas ya está en la Ciudad de México. Aunque no acudió la cantidad de personas que se esperaba al aeropuerto, el caos se hizo presente en la terminal aérea.
Los aficionados se dieron cita desde las tres de la tarde para preparar el recibimiento al Rebaño, en donde las banderas, los tambores y las playeras rojiblancas fueron recurrentes. Inclusive, los asistentes realizaron un pasillo para permitir el acceso a los futbolistas cuando el avión aterrizara.
Los cánticos comenzaron y con ello aparecieron algunos curiosos, incluyendo a un aficionado del América que increpó a los tapatíos, por lo que intercambiaron algunos insultos.
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Después de las 16:30 horas, los jugadores cruzaron las puertas para provocar el descontrol en el aeropuerto, principalmente porque la valla que se estableció fue superada por la gente que abordó a los jugadores para pedirles fotos y firmas.
Uno de los jugadores más asediados fue Jesús Molina, quien fue detenido constantemente para atender, en medida de lo posible, a los aficionados.
Con muchas dificultades, los futbolistas ascendieron al camión y emprendieron el camino al hotel de concentración, ubicado en el sur de la Ciudad de México.