El adiós de Rafael Márquez del Estadio Jalisco fue una fiesta rojinegra, en donde Chivas se convirtió en un animador involuntario que demostró estar más preocupado por la Final de Concachampions que en el orgullo de la ciudad.
Y es que el Guadalajara recurrió a nueve canteranos para enfrentar a Atlas; sin embargo, fueron incapaces de detener a una juvenil plantilla de la Academia que empleó a siete futbolistas surgidos de sus fuerzas básicas para el arranque del duelo, demostrando que son los dos equipos que más jugadores debutan en el futbol mexicano.
Los Zorros ‘devoraron’ al Rebaño desde los primeros segundos del encuentro. Debido al deseo de darle una digna despedida al Káiser del Estadio Jalisco, los rojinegros demostraron su ímpetu desde la primer jugada, en la que Caraglio llegó a línea de fondo y mandó un pase para que Edyairth Ortega adelantara a los locales.
La juvenil plantilla rojiblanca tardó en asentarse, provocando que Rodolfo Cota se convirtiera en factor determinante con un par de atajadas. Sin embargo, el orgullo del Guadalajara los hizo ‘morirse de algo’, ya que los embates visitantes fueron orquestados por Eduardo López y Ángel Zaldívar, quien dejó escapar una clara al entrar al área y adelantarla para que la zaga atlista pudiera reponerse.
Almeyda modificó su planteamiento, pero echando mano exclusivamente de jugadores jóvenes, debido a que los estelares recibieron descanso pensando en la Final del próximo miércoles contra Toronto.
Sin embargo, los dirigidos por Gerardo Espinoza demostraron mayor deseo de ganar este Clásico Tapatío, dominando e inclusive exhibiendo por lapsos a una improvisada defensa rojiblanca conformada por Gurrola, un delantero habilitado de lateral, además de Basulto Mayorga y la reincorporación de Hedgardo Marín tras dos meses separado del primer equipo.
El clímax de la noche llegó en tiempo agregado, cuando el Jalisco se entregó a Rafael Márquez en una ovación por saber el triunfo en la bolsa, el orgullo intacto y sobre todo por la despedida de su más grande icono.