La década de los años 30 fue una etapa de sinsabores para el América, que venía de ser Tetracampeón entre 1924 y 1928; sin embargo, cayó en una sequía que concluyó el 24 de julio de 1938, cuando las Águilas se impusieron al Real España por marcador de 3-1 en la Copa México.
Este título evitó que los azulcremas se fueran con las manos vacías en este periodo, en donde lo más cerca que habían estado de un campeonato fue un año antes en el mismo certamen, pero no lograron su cometido, pues cayeron en la Final contra el Asturias.
Con el correr de los años, durante la Copa de la temporada 1942-1943 se vivió la primera edición de lo que a la postre se convertiría en el Clásico Nacional, cuando en el Parque Oblatos las Chivas se impusieron 1-0.
En 1944, ya con el inicio del profesionalismo, ambos equipos se volvieron a enfrentar. En el primer encuentro del campeonato, los rojiblancos se impusieron como locales por 3-1, pero la revancha llegaría pronto y de una manera contundente, los capitalinos derrotaron a su acérrimo rival 7-2 en un juego que acabó en batalla campal.
Mientras que en la temporada 1945-46 se gestó una marca negra en su historial, al recibir 101 goles en un año y para la siguiente tuvieron una racha de 15 partidos consecutivos sin ganar, incluidas seis derrotas.
A mediados de los 40, el cuadro azulcrema impulsó la reducción de extranjeros en los equipos profesionales y lograron, junto con Atlante, que se estableciera en ese momento un cupo de cuatro foráneos máximo por equipo.
