Hoy se cumplen 20 años de la Final de la Copa Libertadores 2001 Boca Juniors vs Cruz Azul. Ese partido paralizó al futbol mexicano y le cambió completamente la vida a Federico Vilar.
Federico ha sido aficionado del club Xeneize casi desde que nació. Días antes del juego, fue al estadio a buscar un boleto para verlo y se encontró con un directivo de Boca Juniors que le avisó que en México hacía falta un portero.
"Llegué a México gracias a la Final Boca vs Cruz Azul en el 2001, es una anécdota que pocos saben. Previo a ese partido sucedió que cuando fui a comprar la entrada, me encontré con la persona que a los cuatro o cinco días me trajo a México. Quizá si no iba a ver ese partido, no me encontraba a esa persona y no venía a México.
"Había quedado libre, estaba en otro club, se jugaba la Final Boca vs Cruz Azul y los días previos fui a conseguir entrada, no se podía conseguir, era un caos. Fui al estadio porque tenía un conocido ahí y en ese momento fue que me encontré a la persona que en días posteriores (la Final se jugó un miércoles y el viernes estaba viajando para México)", detalló en charla con RÉCORD.
Federico volvió a casa esa noche con una sonrisa entre los labios, el equipo de sus amores había ganado dos veces seguidas la Libertadores. Al llegar, su mamá le avisó que el directivo al que se había encontrado lo había llamado, y en ese momento aceptó viajar y jugar para el Grupo Pegaso, dueño del Atlante y el Irapuato de Primera División, y el Acapulco y Zitácuaro de la Primera 'A' (hoy Liga de Expansión).
"La persona era un dirigente de Boca que me conocía y que tenía contacto con el Grupo Pegaso. Cuando me ve, me dice, 'Fede, estoy buscando un arquero para México', me comentó cómo era el Grupo Pegaso, los equipos que tenía y le dije que sí, pensando en que era un comentario más, que no era algo real.
"Al día siguiente, cuando volví del partido, tenía el llamado telefónico, que habían hablado con mi mamá, en ese momento no había celular, y bueno, fueron conversaciones rápidas, decidimos que sí y al día siguiente viajé a México, fue junio-julio de 2001", detalló.
A partir de ese 30 de junio la vida cambió para Federico. Duró año y medio en la Categoría de Plata, hasta que en el Clausura 2003, Miguel Herrera confió en él para ser el portero del Atlante. El resto, es historia.
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