En las entrañas de la colonia Buenavista, en una de las canchas de tierra del Deportivo Cuauhtémoc, un grupo de jóvenes se unieron hace 15 años con la intención de jugar al futbol sin temor a ser discriminados por sus preferencias sexuales y compartir la pasión por el balompié, dando inicio así la historia de Lobos México, el equipo incluyente de la comunidad LGBT.
Edgar 'La Guevara' Villa, es uno de aquellos primeros integrantes. El ahora capitán del equipo licántropo recuerda esos primeros momentos llenos de acoso y discriminación, sin saber que tiempo después su equipo se convertiría en una familia.
"Llegué por una convocatoria que se hizo en la Zona Rosa, la 'primera manada de Lobos'. Llegas con miedo, con el temor de que alguien te vaya a mirar raro, te vaya a decir que eres afeminado, que no sabes jugar futbol, que no tienes experiencia, que solamente vas a patear una pelota; y mucho más miedo enfrentarse a las personas heterosexuales, pues en ese entonces no éramos bien vistos. Llegaban chicos a 'cascarear' y nos quitaban del lugar a balonazos", agregó.
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Sin embargo, con el pasar de los años y la apertura por la que ellos mismos han trabajado, Lobos logró hacerse de un nombre dentro y fuera de la cancha.
"Lejos de ser un grupo de amigos, somos una familia. Nos apoyamos y prácticamente todo el fin de semana estamos juntos. Esperamos que llegue el sábado para venir a convivir y jugar futbol", compartió.
De aquella idea en 2004 de David Méndez, fundador del equipo, han salido decenas de clubes. La franquicia de Lobos se ha expandido a Puebla, Estados Unidos, Argentina, Perú y, próximamente, Colombia y Uruguay.
