Fue como volver a nacer. Hace 10 años el silbante sirio Hamdi al-Kadri vivía uno de sus mejores momentos en su carrera: fungía como cuarto árbitro en el Mundial de Alemania 2006.
Hoy la realidad es distinta: la casa de Hamdi al-Kadri en Siria fue destruida en dos ataques aéreos, por lo que tuvo que emigrar con su esposa y cuatro hijos a Alemania en calidad de refugiados, por la guerra que azota a su país.
Su vida ha retomado su curso en el país donde alcanzó su máximo éxito en su carrera como árbitro, pues ahora dirige en las Ligas inferiores de Baviera, con el objetivo de integrarse a su nueva ‘casa’, pero sobre todo, de lograr que sus hijos puedan concluir sus estudios en la que consideró una patria segura y estable.
“Quiero que mis hijos terminen sus estudios aquí y que después puedan continuar en la universidad que quieran. Alemania es un país estable. El futuro es seguro”, indicó.
Las atrocidades que ha tenido que solventar no han impedido que Hamdi al-Kadri recuerde con gran cariño lo que vivió en el Mundial de Alemania de 2006.
“Recuerdo lo bien organizado que estuvo el Mundial en Alemania. Para mí fue el torneo mejor organizado de todos los tiempos, hubo grandes jugadores: Ronaldo, de Brasil; Buffon, de Italia. Todos los jugadores de Alemania era grandes estrellas también”, relató.
