La Final del torneo Clausura 2017 del futbol hondureño pasará a la historia no por la decimoquinta copa del Motagua, sino por las cuatro personas que murieron durante una avalancha antes de que iniciara el partido contra Honduras Progreso.
Lo que se suponía sería una fiesta deportiva, contrastó entre la alegría de los jugadores con cuatro familias que fueron invadidas por la tragedia.
Aficionados del Motagua, incluidos niños, querían ocupar un lugar con boleto comprado, cuando en el estadio ya no había cupo. Por lo que las autoridades investigan sobre la venta de boletos falsos que pasaron desapercibidos para ver la Final de forma ilegal.
"Los ánimos de la multitud con boletos en mano subieron al determinar que ya no había cupo al interior del recinto deportivo, quienes exigían poder ingresar y ocasionaron una embestida", informó la Secretaría de Seguridad.
Después del accidente y previo al inicio del partido, se sugirió suspender el juego, pero el portavoz de la Liga sugirió guardar un minuto de silencio en memoria de los fallecidos frente al desconcierto de los jugadores y aficionados.
