Cuando se juntan Messi, Neymar y Suárez, parece no haber rival para el conjunto culé. Una noche más en el Camp Nou, el Tridente culé ejerció su pegada, sobre un Athletic que a los cuatro minutos ya perdía y tenía un hombre menos; al final el marcador fue un 6-0 que deja en evidencia la abismal diferencia entre ambos clubes.
Messi saltó a la cancha y mostró sus cinco Balones de Oro, ante el júbilo de la afición blaugrana que vio muy pronto como el juego se decantaba en favor de los suyos, cuando Iraizoz se marchaba expulsado por derribar a Suárez en el área, lo que derivó una pena máxima que el propio Lio capitalizó.
Después todo fue furia culé. Ataques constantes, llegadas peligrosas, con Neymar y Suárez más entendidos que nunca, enrachados en una lucha por el Pichichi en donde el Barcelona es el principal ganador.
Nunca hubo respuesta. Suárez marcó triplete; Neymar y Rakitic uno más, y el equipo de Luis Enrique se mantiene embalado, enrachado, dejando claro que no hay rival que lo pueda detener, por ahora.