Un gran partido del Atlético de Madrid, desde un futbol muchos momentos imponente, y dos goles, marcados por el colombiano Jackson Martínez y el belga Yannick Carrasco, desbordaron al Valencia, sometido al ritmo, la precisión y la velocidad local, pero con inesperadas opciones en el tramo final.
No se guardó nada el Atlético, con combinaciones y paredes por todos los lados, con efectos primero inquietantes y después demoledores para su rival, achicado con el paso del tiempo, más allá del 2-1 anotado en el minuto 71 y de más amagos que ocasiones del Valencia en los instantes finales y con un marcador apretado.
En el primero, el alemán Mustafi no logró despejar un balón llovido ante el acecho del ariete; el segundo tampoco lo manejó el brasileño Santos, ya con vía libre para Jackson, que definió como lo que es, un delantero de alto nivel, con sutileza, raso y junto al poste, engañado ya Jaume Domenech, vencido hacia el otro lado.
Era el minuto 31, el principio del fin para el Valencia y el impulso definitivo para un estupendo equipo colchonero, apabullante ya camino del descanso para su rival, arrinconado por los continuos 'golpes' ofensivos del equipo local, dos en menos de un minuto, el 34', el primero salvado por Domenech; el segundo por Gayá bajo la línea.
El siguiente fue el 2-0, en el minuto 40. Un golazo que peleó, fabricó y culminó el belga Yannick Carrasco, cuya evolución en el Atlético ha tomado velocidad de crucero, la misma con la que se desenvuelve él, un extremo valiente, que encara sin miedo. Fue aclamado cuando salió del campo superada ya la hora de encuentro.
Mucho antes, protagonizó toda la jugada del segundo gol. Desde que robó la pelota en un costado, desde que transitó desde la banda hacia dentro, desde su conducción, un quiebro imparable y un ajustado tiro raso, al borde del área, hasta la celebración del 2-0.