Alemania logró la goleada de 0-8 a domicilio ante San Marino en uno de esos partidos en los que, por la diferencia que existe entre los rivales, de antemano la pregunta es cuál será el número de goles que va a marcar el favorito.
De un lado estaba la vigente campeona del mundo y del otro un equipo formado por jugadores aficionados. La incógnita, en un partido de esa naturaleza, era saber cuánto tiempo iba a lograr San Marino mantener la portería a cero.
La resistencia duró exactamente siete minutos hasta que Sami Khedira abrió el marcador tras un buen pase desde el centro del campo de Ilkay Gündogan que pasó por encima de toda la defensa contraria.
Dos minutos después llegó el segundo, por intermedio de Sergue Gnabry que aprovechó un rebote después de que la defensa de San Marino no logró sacar un balón de su área.
El tercer gol llegó en el minuto 31, por intermedio de Jonas Hector que apareció en posición de centro delantero, después de que Mario Gómez se abriese hacia la izquierda del área, llevándose dos defensas consigo.
Ante San Marino, para llegar a los cinco, los alemanes necesitaron 65 minutos. El cuarto lo logró Gnabry en el 58', a pase de Kimmich, y el quinto Hector al 65'.
En el 76', otra vez Gnabry aumentó la cuenta con lo que, al menos en lo que se refiere a la diferencia de goles, a San Marino ya le estaba yendo igual de mal que a Brasil en el Mundial de 2014. Al minuto 82, un gol en propia puerta de Matia Stefanelli trajo el séptimo con lo que ya San Marino no podía decir que había sido mejor que la Verdeamarela y aun encajaría un octavo por medio de Kevin Volland, cuatro minutos después.
Con esta esperada victoria, el cuadro dirigido por Joachim Löw mantiene el paso perfecto en la Eliminatoria de la UEFA rumbo a Rusia 2018. El equipo teutón es líder indiscutible del Grupo C con 12 puntos.