Sin Héctor Herrera en el campo, Atlético de Madrid y Sevilla igualaron en un vibrante empate a dos goles en la Jornada 27 de La Liga.
Los sevillistas golpearon primero. Ya había avisado Suso, un futbolista muy interesante, con un disparo que exigió la estirada de Oblak. Luego marcó Luuk de Jong, hábil para definir el 0-1 en el minuto 19, después de una serie de hechos que no dejan en buen lugar a la estructura defensiva de los rojiblancos.
La respuesta del Atlético fue rotunda. Primero a través de un penalti por mano de Diego Carlos que requirió la exhaustiva revisión del árbitro Hernández Hernández en el monitor. Lo transformó Morata, reencontrado ocho partidos después con el gol de la misma que había marcado el último hasta entonces, en la Supercopa ante el Barcelona.
Y después al contragolpe. Es la destreza en la que mejor se mueve. No habría sido posible sin el tremendo error en la salida del balón de su adversario en medio campo, impropio de un equipo de su nivel, pero tampoco sin la conducción ni el pase de Koke ni la resolución final de Joao Félix, que convirtió el 2-1 con suspense.
No bastó tampoco el 2-1. Ni siquiera para llegar al descanso con ventaja. De nuevo un penalti, esta vez en el otro área, pero con la misma espera hasta la revisión en el VAR. Lo transformó Lucas Ocampos para cerrar un partido trepidante, digno de la competición que persiguen los dos, la mejor del mundo: la Champions.
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