Un gol del colombiano Jeison Murillo en el último suspiro permitió al Celta de Vigo rescatar un punto ante el Real Valladolid, que sufrió un golpe tremendo porque no había sido probado después de que se adelantara con un tanto del chileno Fabián Orellana.
Partido en el que el mexicano Néstor Araujo tuvo que salir de cambio al minuto 71 por Joseph Aidoo tras, según reportes de la prensa española, sufrir molestias musculares en los isquiotibiales de la pierna derecha.
Fue un encuentro de pocas ocasiones, muy táctico. Había mucho en juego y eso se notó. En el primer tiempo únicamente el israelí Shon Weismann, tras un error de Tapia al borde del área, amenazó al portero con un potente disparo que salvó Rubén Blanco.
No varió el guión del choque en el segundo acto, aunque ambos tuvieron ocasiones para adelantarse antes de que apareciera el exceleste Orellana para desnivelar el choque. En el minuto 56 una falta de Iago Aspas se estrelló en el larguero, con Roberto Jiménez haciendo la estatua; en el 65, cuatro antes del gol del chileno, Brais Méndez tocó lo justo para desviar el remate de Óscar Plano.
Y poco después llegó el tanto pucelano. Un disparo lejano de Weissman, que Rubén desvía pero Orellana recogía el rechace y no fallaba en la finalización.
Sergio González movió ficha para defender con una línea de cinco. Su equipo no sufrió hasta la última jugada, cuando Murillo, con un potente remate de cabeza, explotó una acción de estrategia para dar un punto fundamental a su equipo, que mantiene la ventaja sobre el Valladolid, que alarga su sufrimiento, víctima de otro pequeño detalle que le cuesta el triunfo.