Javier Aguirre, entrenador del Leganés, reconoció que será doloroso no ver aficionados en las gradas tras el retorno de la competición liguera después del parón ocasionado por la crisis sanitaria del coronavirus.
"Doler duele, claro. La gente ya ha estado mucho tiempo confinada en casa y para familias enteras es un día bonito, ir al estadio a ver a su equipo. Hay gente del Lega que espera el domingo con ilusión: te tomas el aperitivo, vas con tu camiseta, tu bufanda, los hijos, cantando... Eso duele porque estarán en casa y no es lo mismo", indicó.
Aguirre apuntó que los jugadores son conscientes 'de este nuevo futbol' y que deberán acostumbrarse, jugando con la misma intensidad pero sacando la motivación de otra parte ante la falta de apoyo de sus seguidores desde la tribuna.
Para analizar lo que se avecina pueden tomar como ejemplo lo que ha sucedido en la Bundesliga, que ya ha arrancado: "Más que errores había muchos espacios. Era un ritmo de pretemporada, no encontraban el de un partido normal. Es lógico. Vienes de 90 días, de 60, los que sea. Le metes mucha carga de trabajo físico... entonces cuesta".
"Eso lo tomas con amistosos. Ahora no los pudimos realizar. Veremos mañana cómo estamos, no va a ser fácil. Espero que el ritmo sea alto. Que no haya errores de concentración, que haya sólo los propios de un partido y no de que el público no me avisó que detrás tenía un rival", añadió.
Además reconoce que han cambiado cosas desde el último día de entrenamientos antes del parón: "Me fui a casa y por la noche recibí una llamada de que se suspendía todo hasta nuevo aviso. Pedí venir el viernes, sentarnos para despedirnos y me dijeron que ni eso. Allí ya vi que iba en serio porque no me dejó la directiva. Volvimos noventa días después y no se parece en nada".
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