Real Madrid no pasó del empate sin goles ante el Getafe, que se mantuvo en puestos de Champions pese a la luz que aportó al conjunto blanco Brahim Díaz, uno de los pocos brotes del cuadro de Zinedine Zidane.
En el Coliseum Alfonso Pérez, el técnico francés continuó con su casting para la próxima temporada, en esta ocasión, mantuvo a Keylor Navas pese a la recuperación de Thibaut Courtois y colocó a Brahim Díaz en la banda derecha. Fue el mejor.
Con ese guión, Real Madrid se adueñó por completo del partido, por lo menos en la primera parte, en la que abusó de la posesión ante un rival que vigilaba su campo.
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Entre Benzema, algunos detalles de Isco y la elegancia y verticalidad de Brahim, los merengues salvaron el honor en los primeros 45 minutos, de transición hacia una segunda parte en la que el Getafe necesitaba mostrar otra cara si de verdad quería mantener la apuesta de la cuarta plaza.
Bordalás cambió a Olivera por Ángel Rodríguez con la idea de agitar a su equipo. El Getafe subió la intensidad, pero los blancos siguieron acumulando ocasiones.
Brahim seguía eléctrico y enseñó su tremenda calidad en varias ocasiones. Rozó el gol en un tímido intento que atajó Soria, pero levantó al público del Coliseum con una jugada espectacular en la banda derecha. También pudieron marcar Isco y Casemiro, pero Bruno, con una aparición providencial, y Soria volvieron a frenar al cuadro visitante.
El 0-0 contentó al Getafe, que con la diferencia de goles ganada al Sevilla, consiguió sostenerse en la preciada cuarta plaza. Enfrente, el Real Madrid pasó sin nota otro test en el que sólo levantó la mano Brahim Díaz, la buena noticia para Zidane.