Zuhaitz Gurrutxaga es un exfutbolista español, integrante del equipo Real Sociedad que quedó subcampeón de la en 2003 y quien a diferencia de la gran mayoría de jugadores, sufrió problemas de ansiedad cuando acarició el éxito deportivo, al grado de preferir que su equipo perdiera a lidiar con la presión de los festejos.
Recién este exdefensa central, quien se retiró de las canchas en 2013, publicó el libro ‘Subcampeón’, de la editorial Libros de KO, en el que cuenta que conforme avanzaba en su carrera hasta convertirse en profesional en 1998, empezó a sufrir problemas de ansiedad derivados de un fuerte trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y de un nivel altísimo de autoexigencia.
GURRU PREFERÍA SER SUBCAMPEÓN
Un ejemplo sucedió cuando tenía 18 años y con un equipo de Fuerzas Básicas de la Real Sociedad disputó la Final de un torneo, tocándole tirar el penalti definitivo para definir al ganador. "En ese momento, prefería ser subcampeón antes de que la opción de ser campeón dependiera de mí", dice en el libro que escribió junto al periodista Ander Izagirre.
Gurrutxaga llegó a lavarse las manos hasta 50 veces al día, tenía pánico por enfermarse de Sida, evitaba a toda costa pisar las líneas de campo y tenía que revisar hasta cinco ocasiones si había cerrado las puertas de su casa y su auto.
Además confesó que en la cancha prefería rehuir al balón escondiéndose atrás del árbitro o le atemorizaba recibir alguna tarjeta por no saber qué hacer, pero lo más sorpresivo es cuando contó el pánico que alcanzó en la Temporada 2002-2003, cuando el conjunto Txuri-Urdin estuvo cerca de salir campeón en España.
"Imaginaba las celebraciones y los recibimientos públicos, pero yo sólo quería encerrarme en mi cuarto y llorar. Es verdad que la ilusión por jugar con la camiseta de la Real era superior a todo, pero ahora lo puedo decir: con 13 años ya empecé a sentir agobio en el campo", relata en su libro.
GURRUTXAGA DISFRUTÓ MÁS JUGAR EN SEGUNDA DIVISIÓN
'Gurru' participó apenas 34 partidos en Primera División y paradójicamente confiesa que disfrutó más jugando al futbol Segunda o Tercera, donde la exigencia era menor, hasta retirarse del profesionalismo en 2013. Posteriormente se convirtió en bohemio y formó su propio grupo musical, aunque económicamente no le fue bien, en comparación a su faceta como conferencista en la cual mediante una forma cómica se dedica a compartir sus experiencias como futbolista y los miedos que sufrió dentro de la cancha.