En 2014, Luis Suárez atravesaba uno de los momentos más difíciles de su carrera, una lesión de meniscos que amenazaba con dejarlo fuera del Mundial de Brasil. Fue entonces cuando apareció Walter Ferreira, el reconocido kinesiologo uruguayo apodado ‘El Manosanta’.
Con una dedicación extraordinaria, Ferreira trabajó día y noche para recuperar a Suárez con la esperanza de que llegara a la Copa del Mundo, incluso retrasando su propio tratamiento contra el cáncer, el cual había empeorado y lo obligaba a trabajar desde casa, sin importarle eso, decidió concentrarse en la recuperación de su amigo.
Gracias a Ferreira, Suárez logró una recuperación milagrosa, y el 19 de junio, en el partido contra Inglaterra, no solo regresó a las canchas, sino que anotó un doblete, sellando la victoria de los charrúas. En ese momento de gloria, el gesto del delantero fue claro: dedicó sus goles y el triunfo a Ferreira, quien lo acompañó de cerca en su proceso de rehabilitación y se convirtió en uno de los grandes responsables de su regreso.
Lamentablemente, poco después del Mundial, Ferreira falleció. La relación entre Suárez y ‘El Manosanta’ fue tan especial que el delantero nunca dejó de recordarlo en cada momento importante de su carrera. En su reciente despedida de la selección, Luis Suárez recibió por parte de la familia de Ferreira un cuadro con la fotografía del festejo del gol contra Inglaterra, gesto que conmovió al jugador hasta las lágrimas. Un recordatorio de la huella que dejó Walter Ferreira en el deporte y en la vida de Suárez.
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