La Final de la Champions League de 2002 estará ligada por siempre al nombre de Zinedine Zidane, pues fue el jugador capaz de devolver al Real Madrid al Olimpo europeo en un partido en el que su equipo fue devorado por un extraordinario Bayer Leverkusen.
El 15 de mayo, el estadio Hampden Park de Glasgow acogió este increíble cotejo, donde los blancos aumentaron su hegemonía en palmarés y celebraron de la mejor manera el año del Centenario.
La Final ante el equipo alemán es recordada por el golazo de Zidane en el minuto 44 que supuso el 2-1 definitivo. La jugada la inició Solari con un pase en profundidad a Roberto Carlos en la banda izquierda, que el brasileño transformó en un centro bombeado a la frontal del área. Allí esperaba el francés para ejecutar una fantástica volea que entró limpiamente en la portería del Leverkusen.
Previamente, el partido tuvo un inicio vibrante con dos goles en el primer cuarto de hora. Raúl adelantó a los madridistas al aprovechar un saque de banda de Roberto Carlos para batir a Butt. Lucio empató rápidamente para el Bayer.
Iker Casillas también haría historia, quien sustituyó al lesionado César Sánchez para salvar en innumerables ocasiones a los merengues, sobre todo en unos minutos finales que fueron eternos para los blancos, con el guardameta madridista sacando balones hasta en la misma línea de gol.
El Real Madrid, al cabo, gracias a la soberbia obra de arte de Zidane y a la inspirada actuación del portero Casillas acabaría ganando la Novena Copa de Europa de su historia, decretando a principios del siglo XXI la supremacía de la Casa Blanca en el Viejo Continente.
Fue la Final de la Novena, la de Glasgow, la del Madrid y la del mejor gol jamás visto en una Final de la Champions League.