Estuvo a punto de quemarse, pero el Tottenham tiró otra vez de una de sus vidas extra y se aferró al milagro de la clasificación con una victoria por 1-0 ante el Inter de Milán en Wembley gracias a un gol tardío de Christian Eriksen.
Esa última oportunidad la arrancó el Tottenham de lo más profundo de Wembley, en un partido sin excesivas ocasiones y con los locales llevándose el triunfo en el único acierto en el área de todo el encuentro.
Los Spurs tuvieron un par de llegadas en lo primeros instantes, pero ninguna culminada con algún susto ante la meta de Samir Handanovic.
El Inter se conformaba con defenderse y Mauro Icardi apenas tocaba el balón y Luciano Spalleti estaba satisfecho con ello. Solo un larguero de Harry Winks, al borde del descanso, le despertó de su letargo.
Según arriesgaron los londinenses, aparecieron los espacios para los Perisic y compañía y las preocupaciones se multiplicaron para el Tottenham, que además comenzó a desesperarse.
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Con 10 minutos por jugar, Sissoko se internó en el área, sorprendido por la pasividad de la defensa italiana, y cedió el balón a Alli en el punto de penalti. El inglés dio una vuelta sobre sí mismo y, generoso, se lo pasó a Eriksen, que llegó desde atrás para firmar el 1-0 e impulsar al Tottenham.
Ahora le tocará aprovechar esa última vida en el escenario más complicado posible, el Camp Nou. Pero mientras exista la posibilidad del milagro, tendrán que aferrarse a él.