Tras el parón de actividades, el Real Madrid adquirió inmunidad a las derrotas en LaLiga. Con un total de 10 encuentros sin probar derrota, los dirigidos por Zinedine Zidane encontraron en su racha invicta la fórmula para asegurar su título 34 en esta competencia.
El conjunto merengue demostró que, contrario a lo que esperaba de los competidores, regresaron a las canchas en buena forma, esto tras recibir a la escuadra de Eibar, ante la que aseguraron su primer triunfo luego de la pausa.
Con el hambre de mantenerse líderes de la competencia, los blancos no dejaron escapar unidades y el Valencia se convirtió en su siguiente víctima, equipo al que además de arrebatarle el triunfo, lo dejaron ir sin haber realizado una sola anotación y con un expulsado en su plantilla.
Estos resultados no saciaron el apetito de los madrileños, que de nueva cuenta, repitieron la dosis ante la Real Sociedad y el Mallorca, ambos equipos se fueron con las manos vacías y con la desventaja de dos goles en contra en el marcador final.
Y aunque el Espanyol, el Getafe y el Athletic Bilbao, lucieron como unos contrincantes más duros de vencer, el Madrid se volvió a adjudicar la victoria, aunque con la mínima diferencia, resultados que le mantenían en lo alto de la clasificación, puesto que se mantuvo en disputa con su más cercano rival, el Barcelona.
Conscientes de lo que significaba cada punto que se ponía en juego durante las jornadas restantes, los pupilos de Zidane prácticamente amarraron el título con nuevos triunfos, contra el Alavés y el conjunto de Granada, quienes los colocaron más cerca de coronarse una vez más como el monarca del futbol español.