Dos chispazos le dieron a Suecia el triunfo contra Grecia, muy superior en la primera parte, y el liderato del Grupo B, en el que aventaja ahora en dos puntos a España.
Suecia, que aguantó el empate a cero de milagro antes del descanso, fue letal en la segunda parte, con dos goles en diez minutos: un penalti de Forsberg y una gran acción de Isak. Antes, Grecia había estrellado dos balones en los palos.
Pese a jugar en el Friends Arena, a Suecia se le atragantó Grecia desde el inicio: un equipo ordenado, aguerrido, bien entrenado por John Van't Schip, que no concedió una sola ocasión en la primera parte y tuvo que irse al descanso por delante en el marcador.
El técnico holandés mantuvo la defensa de cinco pese a la baja de Tzavellas, colocando a Tsimikas como tercer central y a Giannoulis de carrilero. Renunciaba a priori a una de sus mejores armas en ataque y que le había creado muchos problemas a Suecia en Atenas.
Pero le salió de maravilla. Por esa banda llegó casi todo el peligro griego en el primer tiempo, con las caídas de Masouras, un dolor de cabeza para la zaga sueca, sobre todo para Krafth.
Masouras avisó ya a los dos minutos, marcó en fuera de juego poco después y estrelló un mano a mano frente a Olsen contra el palo a los 21. Antes del descanso tuvo tiempo de hacer otro disparo y colgar un centro que Pavlidis cabeceó al larguero.
Grecia cedió la pelota la mayor parte del tiempo, saliendo a todo trapo cada vez que la recuperaba, pero también supo presionar arriba por momentos y desnudó las dificultades de Suecia para crear juego cuando no tiene espacios.
No mejoró mucho Suecia con el descanso, aunque al menos cortó la vía de agua de los contraataques griegos. Quaison, que sustituía al sancionado Kulusevski, se sacó un latigazo que Vlachodimos despejó. Era la primera ocasión local, en el minuto 56.
Pero Mavropanos, impecable hasta entonces, cometió un penalti grosero derribando a Isak, que le había ganado la carrera persiguiendo un balón largo de Lindelöf. Forsberg no perdonó.
Siguió atacando Grecia a una Suecia metida atrás, aunque sin peligro. Y el equipo de "Janne" Andersson volvió a marcar en una jugada tan simple como efectiva: un saque largo de Olsen que se comió la zaga griega y en el que se volvió a lucir Isak, que venía de hacerle un golazo a Kosovo.
El delantero de la Real Sociedad tocó suave para eludir a Vlachodimos y luego tiró de frialdad para esperar que Mavropanos se venciese y rematar a placer suave con la zurda.
Ahí murieron el partido y las opciones de Grecia para ser primera de grupo, un puesto que todo apunta a que Suecia y España se jugarán en un mes en Sevilla.