Cuando el Barcelona no necesita ganar para calificar, lo hace solo por amor propio, por costumbre; por eso pese a que estaba postrado en los Octavos de Final antes de enfrentarse al PSV en el Estadio Phillips, decidió llevarse lo tres puntos.
Con un marcador de 1-2 con goles de Messi y Piqué, el equipo catalán decidió respetar a su rival presentando a sus mejores hombres y su mejor planteamiento, y aunque los primeros 15 minutos se mostró discreto, los siguientes 75 decidió atacar y buscar siempre el arco rival.
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El PSV de los mexicanos, Chucky Lozano y Erick Gutiérrez, nada pudo hacer para contener la magia de un fenómeno como lo es Messi.
El argentino comenzó a ser una pesadilla para los holandeses, no solo con su rapidez, también con la forma de pensar el futbol, de actuar cuando tiene la pelota. Leo comenzó a dar avisos desde el primer tiempo, pero concretó su obra hasta el minuto 60, con esa pierna zurda privilegiada, sacó un disparo potente, imparable para Zoet; así logró sumar su gol 106 en la competición más importantes de Europa.
Con el triunfo en sus manos, Barcelona decidió presionar aún más. Messi cobró tiro libre y la fortuna le sonrío a Piqué, pues un desafortunado control de balón, terminó por convertirse en gol.
El PSV siempre alentado por su afición no pudo hacerle frente a una máquina casi perfecta, lo intentó, lo buscó, pero sus jugadas en la ofensiva no tenían la suficiente peligro.
Lo intentó Lozano con un disparo a puerta, pero fue hasta que llegó Luuk de Jong cuando pudo hacerse presente en el marcador.
De Jong se levantó en el centro del área para matar la portería de Ter Stegen al minuto 82, con ocho minutos más el PSV buscó el empate, pese a que sus posibilidades en Champions habían expirado, pero no volvió a lograr que el balón cruzara la línea final.
Barcelona se quedó con 13 puntos en la cima del Grupo B, mientras que el PSV se quedó en la última posición con solo un punto en su cuenta.
