Quienes lo conocen coinciden en que Santiago Solari fue un futbolista 'distinto' a todos. Es un hombre profesional, culto, preparado y conocedor no sólo de futbol, así lo aseguraron tanto Federico Vilar como José Guadalupe Cruz, quienes fueron su compañero y entrenador, respectivamente, durante el año y medio que jugó en México en el Atlante, equipo con el que incluso en 2009 jugó un Mundial de Clubes.
“Siempre se ha preparado muchísimo. Es una gran persona y un futbolista de primera, un profesional con un conocimiento superior a lo normal al menos en cuanto a compañeros porque siempre está preparándose no sólo en futbol, sino en diferentes conocimientos e incluso culturales. Es un hombre muy capaz con el que se puede tener gran relación”, señaló el excapitán de los Potros de Hierro.
Por su parte, el 'Profe' coincidió en que “es un tipo con facilidad de palabra, con una visión de futbol bastante objetiva por su experiencia en dos de las mejores ligas del mundo como la italiana y la española, y sobre todo por lo que jugó y logró”.
Pero el 'Indiecito' siempre dio señales de que en algún momento sería entrenador, y así lo aseguraron tanto Cruz como el exarquero argentino.
“Sí se le veía en el sentido de que siempre se preparó al máximo para crecer como profesional y persona, y eso lo iba a llevar a dirigir en un futuro. Siempre edudado y dando pasos firmes, y ahora con esta decisión se demuestra que no es un improvisado”, dijo Vilar.
Mientras que el 'Profe' señaló que “sí se le veía perfil para poder incursionar en la dirección técnica. Es un hombre preparado, brillante y con buena óptica del futbol por el bagaje deportivo que traía a cuestas y todos se lo reconocimos. Cuando llegó al Atlante fue un guía para los jóvenes”, señaló.
Solari estuvo tres torneos en Atlante y siempre fue sencillo a pesar de su jerarquía: “No llegó en plan de 'divo', o de intocable ni a hacernos un favor, simplemente llegó a disfrutar la parte final de su carrera y vino a sudar la camiseta.
“Se integró perfectamente a un equipo que tiene ciertas carencias en infraestructura y para él no fue un obstáculo, por ejemplo nunca desaprobó el entrenar en algún lugar donde no teníamos regaderas, simplemente se adaptó igual que el resto del plantel, pero obvio que se le respetaba su trayectoria y jerarquía, pero también se le exigía”, indicó José Guadalupe Cruz.
“Somos grandes amigos, pero no lo he buscado ahora porque no me parece momento de distraerle, porque estar en ese lugar implica estar de lleno en el trabajo las 24 horas del día”, añadió Vilar.