El propietario catarí del Paris Saint-Germain, Nasser Al Khelaïfi, ha sido acusado por la prensa francesa de jugar a dos bandas: como presidente de la cadena Bein Sports amenaza con no pagar por los derechos televisivos y en la asamblea de la Liga dice defender los derechos de los clubes.
Destaca hoy un artículo en L'Équipe, titulado "El doble juego de Nasser Al Khelaïfi, propietario del PSG y presidente de Bein Sports", en el que el periódico más influyente de la prensa deportiva francesa detalla la acusación.
El conflicto se ha desatado por el rechazo del pago de 7.5 millones que Bein Sports, que dirige Al Khelaïfi, debía hacer a la Liga de Fútbol Profesional francesa (LFP) en concepto de derechos de emisión de la Ligue 2 y que vencía el pasado 1 de julio.
Los problemas de los derechos televisivos empezaron la temporada pasada: Mediapro rompió el contrato por el que había adquirido a la LFP alegando que la pandemia había devaluados el producto, lo que obligó a la Liga a volver a subastar los derechos y a obtener por ellos un precio menor que lo que pagaba el operador español.
En esa subasta, resuelta el pasado 11 de junio, Bein Sports esperaba ser el receptor de la mayoría de esos derechos junto a Canal +, pero la LFP otorgó a Amazon el 80 por ciento de los partidos, por los que el gigante de los envíos pagará 600 millones en cuatro años, según la prensa francesa.
Ahora, Bein se niega a pagar por la Ligue 2 en protesta por esa asignación.
Así, el doble juego consiste en que Al-Khelaïfi forma parte del consejo de administración de la LFP que tomó por unanimidad la asignación a Amazon por la que ahora protesta Bein Sports, que dirige también el magnate catarí.
El lunes, Al Khelaïfi no acudió a la reunión de presidentes de clubes de la Ligue 1 alegando motivos de agenda, pero L'Equipe aventura que su ausencia está relacionada con las explicaciones que querían pedirle sus homólogos sobre la falta del pago de la Ligue 2 que no ha llegado.
Ahora, el temor en la LFP es que este rechazo en los pagos se extienda también a los que debe realizar el grupo audiovisual por los derechos de la Ligue 1 que todavía posee y por los que debería pagar 30 millones por temporada.