Manchester United llegó a la última jornada de la Premier League con la necesidad de empatar o derrotar al Leicester para meterse a la fiesta grande de Europa, la Champions League.
En el King Power Stadium, casa de los Foxes, el equipo de Ole Gunnar Solskaer no especuló y se llevó el juego con marcador de 0-2, asegurando el tercer puesto general y su lugar en el torneo más importante a nivel de clubes en Europa.
Los Red Devils salieron al terreno de juego con la mira puesta en la victoria y comenzaron a probar a Kasper Schmeichel con una gran cantidad de disparos; sin embargo, los locales pudieron irse al descanso con el marcador en ceros.
La segunda parte fue una copia de los primeros 45 minutos, el United atacando por todos los extremos de la cancha y un agotado Leicester City soportando los embates.
Sin embargo, al minuto 60, los locales tuvieron la oportunidad más clara, pero el travesaño le negó el gol al máximo romper redes de la liga inglesa, Jamie Vardy.
10 minutos más tarde Antohiny Martial fue derribado en el área y se marcó la pena máxima, el portugués Bruno Fernandes se encargó de cambiarlo por gol y darle el primero a los de Manchester.
En los segundos finales del juego, Jesse Lingard fue el elegido para poner el último clavo en el ataúd de los locales tras aprovechar un garrafal error del arquero Schmeichel.
Con este marcador, Manchester United estará en la Champions League, por otra parte Leicester se estanca en el quinto lugar y tendrá que conformarse con Europa League.
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