Volvió Kevin De Bruyne y continuó la espectacular racha del Manchester City que venció este domingo 1-0 al Arsenal y eleva a 18 los partidos seguidos ganados.
Dos minutos le duró la resistencia a los de Mikel Arteta. Lo que tardó Riyad Mahrez en encarar por la derecha y sacar un centro medido e imposible para los defensas y para Bernd Leno. Raheem Sterling se elevó ante la mirada de Rob Holding y de cabeza hizo el 0-1.
Por si era poca la confianza del equipo de Guardiola después de 17 victorias consecutivas, la ventaja en el segundo minuto de partido les permitía jugar con mucha más tranquilidad. Ni siquiera necesitaban un 'nueve' arriba. Había vuelto De Bruyne al equipo después de varios partidos fuera por una lesión muscular y el belga es como si nunca se hubiera ido.
La profundidad que pudieran perder por no tener referencia arriba la recuperaban en posesión. Era un monólogo del City, acostumbrado a esta clase de encuentros en los que el rival prescinde totalmente de la pelota y no hay ningún equipo en el mundo que esté más cómodo con ventaja en el marcador y el balón en sus pies.
Encima están con la frescura de poder presionar arriba la salida de balón de un Arsenal que con Elneny y Xhaka era incapaz de crear. Tampoco Martin Odegaard, disfrazado con la figura del '10', podía hacer mucho por desatascar al equipo.
El conjunto de Guardiola está alcanzando una perfección absoluta en el tramo más importante de la temporada. No le hizo falta rematar al Arsenal, aunque lo intentó. La victoria fue por la mínima, pero por momentos olió a goleada.
Con diez puntos de ventaja respecto al segundo clasificado, el Leicester City, y trece jornadas por delante, este Manchester City está predestinado a recoger la corona del Liverpool y dos años después volver a ser campeón.
Al Arsenal de Arteta aún le queda por delante un largo proceso de maduración para aspirar a lo que tiene el City. Control, superioridad y confianza.