El Arsenal de Mikel Arteta sigue en picada, hiló su quinto juego sin victoria en un partido que debía servirle para resurgir, perdió ante el Burnley por 0-1 con un gol en propia puerta de Pierre-Emerick Aubameyang.
El encuentro estuvo marcado una vez más por la inoperancia arriba de Aubameyang y Alexandre Lacazette y por una incomprensible expulsión de Granit Xhaka, que tras hacer una falta agarró del cuello a un jugador del Burnley. La expulsión llegó además en el momento que mejor estaban los Gunners, justo tras el descanso, cuando estaban volcados sobre la meta de Nick Pope y acercándose poco a poco al gol.
En la primera parte, Lacazette tuvo una ocasión que podía haber cambiado el rumbo del partido, cuando falló un pase de la muerte cantado.
Pero el Arsenal está condenado al ostracismo. Xhaka se 'autoexpulsó' y Aubameyang marcó un gol en propia meta a la salida de un córner y dio el triunfo a un Burnley que sale de la zona de descenso y acerca a él al Arsenal.
El conjunto londinense, con 13 puntos, es decimoquinto en la Premier League, cinco por encima del Fulham, que marca los puestos de descenso.