La policía salvadoreña detuvo al presidente del equipo de futbol Alianza y a otros directivos y empleados del estadio Cuscatlán, a quienes responsabilizan por una estampida de aficionados el fin de semana que dejó 12 muertos y más de 100 lesionados.
La Fiscalía de El Salvador informó el jueves en su cuenta de Twitter que además de Pedro Hernández, presidente del Alianza F.C., la policía también capturó a Edwin Abarca Ventura, gerente de seguridad Alianza F.C; Zoila Córdova, gerente financiera del equipo, además de a Reynaldo Avelar, gerente general de EDESSA, empresa dueña del estadio Cuscatlán, y a Samuel García Montano, encargado de las llaves del estadio.
Los detenidos serán presentados en los próximos días ante los tribunales de justicia para ser procesados penalmente por los delitos de homicidio culposo, lesiones culposas y estragos públicos.
Según el Código Penal, el homicidio culposo será sancionado con prisión de dos a cuatro años, las lesiones culposas con prisión de dos a seis años y los estragos públicos con condenas de tres a seis años.
La tragedia ocurrió el sábado por la noche, pocos minutos después de iniciado el partido de vuelta entre Alianza y FAS por los cuartos de final de la liga salvadoreña.
Según las autoridades y declaraciones de testigos, cientos de aficionados enfurecieron cuando no se les dejó ingresar al inmueble a pesar de tener boletos. Luego, comenzaron a empujar hasta derribar un portón, causando la estampida.
La Fiscalía aseguró que los organizadores vendieron más boletos de manera ilegal. “Al agotar las entradas disponibles para el encuentro deportivo, decidieron comercializar ilegalmente boletos emitidos para encuentros anteriores”, señaló.
El director general de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas, dijo que además de investigar a la dirigencia del equipo —que era el local y responsable de la administración del partido—, también indagan a las barras.
Otras líneas de investigación es la presunta sobreventa de boletos y hasta la venta de alcohol fuera del estadio, añadió y mencionó, había muchos aficionados visiblemente en estado de embriaguez.
Dijo que las autoridades buscan determinar por qué los administradores del estadio sólo abrieron un portón de la zona sur y por qué lo cerraron cuando había cientos de aficionados tratando de ingresar. El sector general donde ocurrió la estampida estaba designado exclusivamente para los aficionados de Alianza.
Arriaza Chicas aseguró que el representa de la Policía desatacado en el sector general sugirió al responsable de la administración del evento que abrieran otra de las puertas, pero no aceptó.
El miércoles, la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) y la dirigencia de la Primera División del Fútbol Profesional anunciaron que ponían fin al Campeonato Nacional 2022-2023 tras la tragedia.
“Nuestra prioridad será la de asegurarnos que se refuercen las medidas de seguridad en los eventos de fútbol”, señalaron los organismos deportivos.
La Comisión Disciplinaria de la FESFUT sancionó a Alianza, que tendrá que jugar sus partidos como local a puertas cerradas durante un año y pagar una multa de 30.000 dólares.
La Comisión valoró la posible inhabilitación de los directivos y el gerente general de Alianza para ejercer cualquier actividad relacionada con el fútbol por un año. Sin embargo, esa sanción se descartó porque no fue apoyada por la mayoría de los miembros de la organización.
Por su parte, la Asociación de Futbolistas Profesionales de El Salvador emitió un comunicado de prensa en el que lamentó la pérdida de vidas pero expresó su desacuerdo con la decisión de dar por finalizada la campaña del fútbol nacional.
“Lamentamos la decisión tomada por los miembros del Comité de Regularización (la FESFUT) y la Primera División de Fútbol, quienes continúan tomado decisiones sin tomar en cuenta los actores del fútbol que también tienen interés y se ven afectados por sus decisiones”, agregaron.
Para buscar una solución que favorezca a todos los sectores del fútbol, los jugadores profesionales convocaron públicamente a una reunión de carácter urgente a los miembros del Comité de Regularización de la FESFUT.
Con la finalización del campeonato los jugadores han expresado su preocupación por su situación laboral, pues no hay certeza de que los equipos cumplan con el pago de la totalidad de sus contratos, mientas que los jugadores extranjeros ya hablan de recurrir a la FIFA para que respeten los contratos registrados ante la FESFUT.