Lionel Messi, capitán de Argentina, no pudo ocultar su molestia después de que autoridades brasileñas interrumpieran el Clásico Sudamericano para llevarse a cuatro jugadores albicelestes.
Después de que los argentinos se marcharon a los vestidores, Messi regresó a la cancha para informarle a Neymar, capitán brasileño, y a Tite su decisión de dejar el estadio.
"Nos vamos", dijo el atacante en presencia del representante de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa).
"Hace tres días que estábamos acá, nos estaban esperando. Avisaban y listo", continuó Messi. "¿Por qué no fueron a buscarlos al hotel?", reclamó.
"Estamos hace tres días acá, los habían dejado entrenar", agregó ante el desconcierto después de la suspensión del juego.
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