Un magnífico Kevin de Bruyne, con un doblete y una asistencia, y un preciso Riyad Mahrez ajusticiaron a un Manchester United que dio la cara buena parte del partido, pero al que su fragilidad defensiva le condenó a una derrota más en el derbi de la ciudad (4-1).
El belga, con un partido magistral, consiguió la novena victoria para el City en el derbi mancuniano desde que llegó Guardiola al banquillo celeste en 2016. Un triunfo para seguir ampliando la diferencia futbolística entre el lado azul y el lado rojo de Manchester y para evitar que aumente la presión del Liverpool, que continúa a seis puntos.
Sin Cristiano en el campo, tocado muscularmente, Rangnick apostó por jugar con Bruno Fernandes de falso 'nueve' y Elanga y Sancho en las bandas, pero al United el plan se le cayó muy pronto. A los cinco minutos, la gran debilidad del equipo quedó expuesta y De Bruyne no tuvo piedad. Combinación por la izquierda de Grealish y Silva, centro del portugués y el belga, libre de marca, ante el despiste de Maguire, Fred y Telles, apareció desde atrás para marcar con la zurda.
El tempranero 1-0 avistaba una goleada en el Etihad, pero el United se recompuso. Supo jugar y tocar. No estaba del todo incómodo y encontró su premio cómo más fácil es dañar a los de Pep Guardiola, en una transición ofensiva desde campo propio. La inició Pogba, con una pase sensacional a Sancho, que encaró a Walker. El lateral reculó y permitió coger espacio a Sancho que regateó a Rodri, se acomodó la pelota a la diestra y la clavó abajo. Ederson pudo rozarla, pero terminó en la red.
El gol fue un estímulo para el United, que de centro de campo para arriba competía de tú a tú al City. El problema era la defensa, un tremendo agujero ante el talento celeste. Y cuando este es capaz de explotar, es imparable. Phil Foden desarmó a Lindelof con un sombrerito y fusiló a De Gea. Este obró el milagro de repeler el cuero, pero la jugada no terminó ahí. Silva no pudo cazar el rechace; sí De Bruyne, que a placer hizo el 2-1.
Riyad Mahrez tenía el gol entre ceja y ceja y llegó desde la pizarra de Guardiola. A 20 minutos para el final, con el partido aún vivo, De Bruyne puso la estrategia en marcha. Colgó un córner muy pasado al segundo palo para que el argelino entrara desde fuera del área y, a bote pronto, hiciera el 3-1.
Un golazo para coronar el partidazo de De Bruyne y para sentenciar al United, que desde hace muchos años es el vecino débil de Manchester y que terminó escuchando a la afición rival corear los olés hacia los de Guardiola. Les cayó un baño en los últimos diez minutos y el 4-1 concedido por el VAR a Mahrez.
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