La selección inglesa goleó a Bulgaria 0-6 en un partido marcado por los problemas con un grupo de aficionados locales que supuestamente se dirigieron en términos racistas a los jugadores ingleses, lo que obligó a suspender el encuentro en dos ocasiones.
Ambos incidentes ocurrieron en una primera parte marcada por la exhibición de una Inglaterra muy superior que se impuso con tantos de Ross Barkley (2), Sterling (2), Rashford y Kane.
La clasificación de Inglaterra, que llegará tarde o temprano, la aplazó la victoria de Kosovo ante Montenegro, por lo que los ingleses tendrán que esperar una jornada más para lograr el pase a la Eurocopa.
Tras el horrible partido cuajado ante la República Checa, que costó la derrota a los de Southgate y les evitó tener amarrada ya la clasificación, el seleccionador introdujo cinco cambios en el once. Los más llamativos, la salida de Keane del centro de la defensa y la de Jadon Sancho del ataque. Tomaban sus lugares Tyrone Mings, central del Aston Villa, y Marcus Rashford, y el segundo no tardó en dejar su sello.
El atacante del Manchester United, sin la presión que tiene en los 'Diablos Rojos', se inventó la jugada del partido. Dejó a dos rivales en el suelo pegado a la banda izquierda y cerró el primer gol con un derechazo ante el que Iliev quizás podría haber hecho más.
Esa vez, Inglaterra no dejó que el rival empatase rápido y se lanzó por el partido. Barkley finalizó un pase de la muerte de Sterling e Inglaterra comenzó a cercar una victoria que los propios jugadores sabían que no valía para la clasificación puesto que Kosovo ya estaba ganando.
Entonces, unos supuestos cánticos racistas llevaron al árbitro a parar momentáneamente el partido y a la megafonía del campo a anunciar que el colegiado, el croata Ivan Bebek, estaba considerando suspenderlo.
Mientras el sonido de instrumentos de viento continuaba en la grada, Barkley remató un gran centro con la zurda de Harry Kane y dio carpetazo al partido, pero solo en lo deportivo.
A dos minutos para el final del primer tiempo, volvió el colegiado a parar el partido, debido a las quejas de Kane y Southgate sobre los cánticos racistas.
Varios aficionados fueron expulsados del campo y cada vez era más creciente la sensación de que el partido se suspendería, pero se volvió a jugar y en el tiempo añadido (6 minutos) que decretó Bebek, Kane, en un contraataque, sirvió el cuarto para que lo empujase Sterling.
El propio Sterling hizo el quinto, tras la tercera asistencia de Kane, y el delantero del Tottenham logró su ansiado gol a cinco minutos del final, en una segunda parte tranquila y sin incidentes extradeportivos.