El ambiente se tornó tenso en el partido de la ronda eliminatoria de la UEFA Champions League entre el Galatasaray y el Young Boys, disputado en el Rams Park. El encuentro, que se mantenía sin goles hasta el minuto 80, fue interrumpido debido a un incidente que involucró a jugadores y aficionados.
Todo comenzó cuando los jugadores del Young Boys, Ebrima Colley y Filip Ugrinic, se dirigieron al árbitro para quejarse de que los seguidores del Galatasaray estaban lanzando objetos al campo.
La situación se volvió más caótica cuando el portero del equipo turco, el uruguayo Fernando Muslera, dejó su área para confrontar a los suizos, argumentando que fueron ellos quienes provocaron a los aficionados con gestos despectivos.
La tensión escaló rápidamente, y Muslera tuvo un intercambio acalorado con Colley. Lo que comenzó como una discusión entre jugadores, estuvo a punto de desbordarse cuando la disputa llegó a las bancas. Afortunadamente, los cuerpos técnicos y los árbitros intervinieron a tiempo, logrando calmar los ánimos y reanudando el partido.
Sin embargo, la calma no duró mucho. En el minuto 87, el Young Boys aprovechó un contragolpe para marcar el primer gol del partido, obra de Alan Virginius. Este gol aseguró el pase del equipo suizo a la fase de grupos de la Champions League con un marcador global de 4-2.
La frustración fue evidente en las filas del Galatasaray, especialmente en Muslera, quien no pudo contener su enojo al ver a Virginius celebrar frente a la afición turca.
Considerando el gesto como otra provocación, el portero uruguayo derribó al delantero suizo, lo que le valió una tarjeta roja y dejó a su equipo con diez hombres en los últimos minutos del partido.