Como sede recién designada del Mundial de 2034, Arabia Saudí afirma que construirá o renovará 15 estadios, creará una ciudad futurista y ampliará aeropuertos en una expansión colosal para albergar a millones de personas, entre deportistas, entrenadores y espectadores.
Ello emitirá toneladas de gases de efecto invernadero que calientan el planeta, debido a la producción y transporte del concreto y el acero, al uso de excavadoras y camiones diésel para movilizar material y a los nuevos edificios que consumirán recursos y deberán enfriarse. Cuando todas las emisiones asociadas con los edificios del mundo se agrupan, son el factor que más incide en el cambio climático.
Construir tantos nuevos recintos es “extremadamente derrochador desde el punto de vista ambiental” porque se emitirá mucho carbono y se utilizarán recursos que escasean, dijo Andrew Zimbalist, profesor de economía en el Smith College de Massachusetts, quien ha escrito varios libros sobre la economía de los megaeventos deportivos. Zimbalist dijo que la Copa del Mundo debería celebrarse en países con una cultura e industria futbolística desarrolladas.
Seth Warren Rose, director fundador de la organización investigadora Eneref Institute, dijo que el mundo estará aún más caliente dentro de una década y no puede permitirse este calentamiento adicional.
“Lo siento, pero estamos viviendo en un planeta diferente. Tenemos que prepararnos para eso”, dijo Rose. “Para 2034, estaremos viviendo en un clima diferente y eso no es una metáfora”.
Rose dijo que su mensaje para los organizadores es: Hagan un esfuerzo genuino para reducir las emisiones o no sean anfitriones en absoluto.
Los planes de Arabia Saudí dependerán en gran medida del concreto, que es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales que calientan el planeta, —el hierro y el acero representan otro 7%—. Los grupos defensores de los derechos humanos están preocupados de que el otorgamiento de la Copa del Mundo de 2034 a Arabia Saudí ponga en peligro a los trabajadores migrantes.
En el libro que respalda su candidatura dando detalles de sus planes de desarrollo en cinco ciudades antes del Mundial, Arabia Saudí refiere que actualmente están en construcción tres nuevos estadios y se planean ocho más, para albergar los encuentros de 48 equipos en 2034.
Los edificios construidos para sucesos deportivos internacionales a menudo terminan convirtiéndose en “elefantes blancos” que permanecen inactivos una vez que terminan los juegos. La Federación de futbol de Arabia Saudí no respondió a una solicitud de comentarios.
Arabia Saudí ha propuesto 134 centros de alojamiento para equipos y árbitros, nuevos hoteles, varias sedes de festivales para aficionados, ampliaciones del sistema de transporte, incluyendo un ferrocarril de alta velocidad e inversiones adicionales en su ciudad futurista de Neom.
Gran parte de lo que la nación incluyó en su libro de candidatura se relaciona con el plan estratégico Visión 2030, que el gobierno considera un plan para diversificar su economía y desbloquear nuevas oportunidades de negocio.
La candidatura incluye iniciativas de sustentabilidad, dijo Karim Elgendy, investigador en el centro Chatham House de Londres. Entre éstas figura la operación de estadios con electricidad limpia como la solar, el uso de ventilación natural y sombreado eficientes en materia energética, así como la imposición de estándares ecológicos de construcción.
Pero Elgendy dijo que la escala aparente de los planes de Arabia Saudí para el evento, más las distancias entre las ciudades anfitrionas sugieren que esto podría convertirse en el Mundial más intensivo en la emisión de carbono en la historia. Elgendy dijo que la forma en que se mitigue esto determinará el impacto ambiental-
Sin las medidas adecuadas, el Mundial podría tener una huella de carbono casi el doble del récord establecido en 2022.