Argentina llegó al Mundial de México 1986 en medio de dudas por parte de la prensa y la afición pampera, tras una clasificación milagrosa en la última fecha de la Eliminatoria Sudamericana, pero ya en la justa mundialista, fue Diego Armando Maradona quien se encargó de disipar cualquier tipo de cuestionamiento y enfilarse para ganar su segunda Copa del Mundo.
La Albiceleste superó la Fase de Grupos sin mayores complicaciones, derrotando a Corea del Sur (con tres asistencias de Diego) y Bulgaria e igualando contra el vigente Campeón, Italia con la primera anotación del torneo para Maradona, con la que aseguraba la primera posición del sector.
Para la siguiente ronda, los argentinos se llevaron una nueva edición del Clásico del Rio de la Plata, pero fue a partir de los Cuartos de Final donde realmente apareció la magia del Diez.
Un par de goles del capitán albiceleste frente a Inglaterra concretaron el pase a las Semifinales en la cancha de pletórico Estadio Azteca que se rindió al Pelusa, en un partido donde el orgullo nacional estaba en juego, después del conflicto entre ambos países cuatro años antes por la Guerra de las Malvinas.
Maradona había hecho gala de su genialidad con dos tantos que se inmortalizaron en la memoria, primero empujando el balón al fondo de las redes con la Mano de Dios en un salto que superó a Peter Shilton, y cuatro minutos después dejando sembrados en el campo a más de la mitad de los ingleses para dejar constancia del que sería el Gol del Siglo.
En la antesala de la Final volvería a conseguir un par de anotaciones ante Bélgica, mientras que en el juego decisivo contra Alemania, puso la asistencia con un pase preciso para que Burruchaga firmara la victoria argentina y la segunda Copa del Mundo.
El capitán recibía la Copa del Mundo, marcando cinco anotaciones y siendo considerado el mejor jugador del torneo.
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