De los tres torneos de clubes continentales que volvieron a la actividad, seguramente la Copa Libertadores es el que más sufre para llevarse a cabo en medio de la pandemia.
Conmebol enfrenta diversos inconvenientes que ponen en riesgo la viabilidad del certamen: contagios a gran escala, equipos incompletos y riesgosos viajes a través del continente, uno de los más golpeados por la pandemia.
Según las estadísticas de la John Hopkins University, Brasil es el tercer país con más casos en el mundo con 4 millones 591 mil 364 y en el top ten de contagios se encuentran Colombia, Perú y Argentina. Dos escalones más abajo, Chile. Todos, países participantes del torneo.
Pese a esto el certamen sigue en pie y sorteando problemas, el último ocurrió la semana pasada en el partido del Barcelona de Guayaquil contra Flamengo.
Los brasileños habían presentado seis casos positivos y aunque los jugadores fueron separados, las autoridades ecuatorianas inhabilitaron el estadio Monumental por el riesgo sanitario que representaba el equipo visitante, pero al final cedieron y un Flamengo, diezmado, venció 1-2.
Las consecuencias de este pueden ser caras, ya que un día después, dos jugadores de Flamengo que habían sido titulares dieron positivo a Covid, por lo que el equipo ecuatoriano y quien se haya cruzado en su camino a Ecuador, estuvo en riesgo.
Los casos de contagio son más comunes de lo que parece y casi todos se han presentado después de jugar en el duelo de Copa. Felipe Gedoz de Nacional dio positivo a su regreso de Venezuela donde jugaron ante Estudiantes e Independiente del Valle anunció un caso tras enfrentar a Junior de Colombia.
Finalmente, algo más que parece se está volviendo un problema es el temor de las autoridades por hacerle frente al máximo torneo de clubes en Sudamérica, pues en ninguno de los casos se han mostrado dispuestos a suspender los encuentros.
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