El Clásico español fue intenso y no escapó de la polémica. El silbante cuerpo arbitral fue exigido al máximo en varias jugadas, dejando en algunas, opiniones muy divididas. ya tuvo su primera jugada discuida en el Santiago Bernabéu, pues el árbitro del compromiso decidió no sancionar una posible pena máxima a favor del Barcelona.
La primera de ellas se dio justo al minuto 29, cuando el silbante decidió no sancionar un posible penalti de Dani Carvajal sobre Piqué, pues dentro del área merengue lo contactó en el tobillo, pero el árbitro cental no consideró que fuera falta.
En el segundo tiempo, las jugadas complicadas llegaron al pormayor. En los primeros minutos, Luis Suárez y Casemiro se salvaron de irse a las regaderas temprano, pues en un balón dividido, el uruguayo lanzó un codazo sobre el brasileño y éste respondió la agresión con un intento de patada. En esta acción el silbante se limitó a pedir calma a los futbolistas.
Al 58', Sergio Ramos no controló su fuerte temperamento y al tratar de recuperar el balón cerca del área rival, vio cómo Suárez se le adelantó en la carrera y optó por darle un golpe con el antebrazo sobre el pecho, la agresión fue clara, pero el capitán del Real Madrid sólo vio la amonestación.
Cuatro minutos más tarde, Carvajal cometió una mano flagrante para evitar el segundo tanto del Barcelona, pero en esta ocasión la decisión del nazareno fue excelente: mostró la roja directa al lateral y concedió penalti para los visitantes.
Los últimos 10 minutos del encuentro no se salvaron de decisiones cuestionables: al 81', Real Madrid pedía un penalti por una supuesta mano de Rakitic, pero el silbante observó que aunque el balón sí dio en el brazo el croata, lo tenía pegado al pecho, por lo que las acciones siguieron.
Por último, el tercer gol del Barcelona no debió contar, pues el balón se le escapó del campo a Messi, por lo que incluso algunos jugadores blancos se detuvieron a pedir el saque de banda; no obstante, se dejó seguir la jugada y cayó el 0-3 definitivo.