El West Ham United atraviesa una racha complicada en la Premier League, y la derrota por 3-0 ante el Chelsea no hizo más que aumentar las preocupaciones sobre el futuro del equipo.
Este sábado, el conjunto dirigido por Julen Lopetegui volvió a dejar una imagen pobre en el London Stadium, donde los ‘Blues’ se impusieron con autoridad, liderados por un Nico Jackson imparable.
Edson Álvarez, actuando como defensa central, fue uno de los señalados, ya que su actuación estuvo lejos de ser destacada, en un partido donde el West Ham nunca encontró la manera de reaccionar.
El encuentro comenzó mal desde el inicio para los locales. El mediocampo del Chelsea se adueñó rápidamente del ritmo del partido, y antes de que el reloj marcara el minuto 35, el equipo visitante ya había tomado ventaja con dos goles del senegalés Jackson.
Su velocidad fue una pesadilla para la zaga del West Ham, especialmente para el mexicano Álvarez, a quien superó en una jugada que terminó con el balón entre las piernas del portero Areola. Poco después, Jackson volvió a aparecer, esta vez culminando una brillante asistencia del ecuatoriano Moisés Caicedo.
Con el 0-2 en el marcador, el London Stadium comenzaba a mostrar su descontento. La frustración se notaba en las gradas, con aficionados abandonando el estadio al minuto 70, tras haber visto a su equipo encadenar su tercera derrota consecutiva en casa.
El West Ham intentó reaccionar, especialmente tras el ingreso del checo Tomas Soucek, que estabilizó el mediocampo, pero las oportunidades no se materializaron. Un gol de Kudus fue anulado por fuera de juego, y un posible penalti sobre Summerville fue descartado tras la revisión del VAR, que consideró que el agarrón no fue lo suficientemente claro.
Tras el descanso, cualquier esperanza de remontada se desvaneció cuando Cole Palmer, tras un contragolpe fulminante dirigido nuevamente por Jackson, puso el 0-3 definitivo al 74'.
El tanto fue un golpe de gracia para un equipo que parece perdido en todas sus líneas. La afición, visiblemente enfadada, abucheó las decisiones tácticas de Lopetegui, mientras el árbitro pitaba el final ante un estadio medio vacío.