El Paris Saint-Germain derrotó 2-0 Istanbul Basaksehir en su segundo partido de grupos de la Champions League, pero sin Neymar, quien salió del encuentro por lesión al minuto 25, y con un doblete de Moise Kean en la media hora final.
La victoria fue comleja. Primero porque enfrente había un rival muy competitivo, más de lo que aparenta su inicio en la fase de grupos de la Champions; después, porque la ofensiva inicial del discutido Thomas Tuchel no concretó las oportunidades frente al arco rival.
En la conjunción de todos esos parámetros, el PSG dudó más de la cuenta. No se sintió ganador hasta el 2-0. Ni tampoco el dominador absoluto y previsible que se intuía. Por momentos, ni siquiera tuvo el control. Ni en el tramo inicial, cuando Neymar seguía en el terreno, ni en algún tramo posterior.
Por ahí surgió Visca para disparar cada vez que se le presentaba la más mínima ocasión. En la primera parte y en la segunda, con Keylor Navas, en su partido número 50 en Champions League, atento y solvente a cada una de las potentes ráfagas del futbolista, pero alertado por un partido muy abierto a la improvisación, al ingenio individual de cualquier jugador, a un ida y vuelta trepidante.
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Pero aún en un panorama tan alentador para el Basaksehir, tan complejo para el Paris Saint-Germain, resulta imperdonable un error como el que cometió la defensa turca. Perdió de vista a Moise Kean, quien estaba completamente solo en el borde del área pequeña para cabecear el tiro de esquina ejecutado por Kyllian Mbappé, y poner el primer gol al minuto 64.
Ya en el 79, en un contragolpe, cuando el partido aún se jugaba al borde del empate, Moise Kean sentenció la victoria a la media vuelta para revitalizar al PSG con un triunfo más cuantitativo que cualitativo.
