Un gol en el último suspiro del sueco Dejan Kulusevski permitió a la Juventus ganar por la mínima en casa del Zenit San Petersburgo (0-1), en un partido en el que los italianos aplicaron a rajatabla la ley del mínimo esfuerzo.
Esta victoria permite a los transalpinos mantener en solitario el liderazgo del grupo H con pleno de puntos, tres en tres partidos, por delante del Chelsea, con seis.
Consciente de su inferioridad, los rusos apostaron por ceder el balón a la escuadra italiana y salir al contraataque aprovechando la lentitud de los centrales visitantes, Bonucci y De Ligt. La telaraña rusa se rompió a los 86 minutos. El técnico local pagó cara su racanería.
Massimiliano Allegri devolvió esta noche la titularidad a Álvaro Morata, que estuvo acompañado en las bandas por Chiesa y Bernardeschi. Prometía la delantera bianconera, pero no dio una a derechas.
Chiesa, habitualmente un correcaminos, apenas tenía espacio para correr y sólo lo intentó con disparos desde fuera del área, ambos muy desviados.
Allegri debió de arengar a los suyos, ya que sus jugadores salieron mucho más enchufados. A los cinco minutos un magnífico pase raso a la espalda de la defensa rusa de Morata dejó completamente solo a McKennie, pero no pudo superar a Kritsyuk en su desesperada salida.
Pero los locales respondieron con una magnífica jugada de Claudinho, cuyo disparo dentro del área superó al guardameta polaco de la Juventus y salió lamiendo el poste izquierdo de la portería visitante.
Morata lo intentó tras un pase de Arthur, pero su disparo no cogió puerta, lo mismo que el remate en plancha de McKennie. La entrada de Kean por el ariete español no añadió mordiente a la delantera visitante.
Tuvo que ser Kulusevski el que rompiera las tablas en el marcador a poco del pitido final al peinar un magnífico centro desde la izquierda de De Sciglio, cabezazo que golpeó el poste y entró como una exhalación en la portería local. (min.86)
Los rusos tocaron la corneta en los últimos minutos, pero Bonucci no dejó ningún resquicio y la Juventus se acerca a los octavos de final de la máxima competición continental con un expediente inmaculado.