Luís Filipe Vieira, actualmente en prisión domiciliaria por sospechas de delitos fiscales y de blanqueo de capitales, dimitió este jueves como presidente del Benfica, club que comandaba desde 2003 y donde sus funciones como dirigente se encontraban suspendidas.
La dimisión como presidente de la dirección del Benfica y su propia Sociedad Anónima Deportiva (SAD) se transmitió por carta al presidente de la asamblea general del club.
En esa misiva, cuya recepción ha sido confirmada a Efe por fuentes del club, explicaba en términos "esencialmente jurídicos" que dada la situación judicial en la que se haya ya no tiene condiciones para mantenerse en el cargo, según los primeros detalles expuestos en medios locales.
La dimisión de Vieira llega un día después del ultimátum que le dieron los encarnados para marcharse.
El Benfica le dio 30 días para demostrar que, a pesar de encontrarse en prisión domiciliaria, podía ejercer funciones en el consejo de administración o renunciar a ese cargo.
Si no hacía ninguna de ambas cosas sería expulsado, advirtió el club.
Vieira, de 72 años y que llegó en 2003 a la presidencia del Benfica, se encuentra actualmente en prisión domiciliaria, hasta que haga efectiva una fianza de tres millones de euros para no ingresar en la cárcel.
El expresidente fue detenido la semana pasada en el marco de una investigación por presuntos delitos fiscales y de blanqueo de capitales en negocios de 100 millones de euros.
Algunos de ellos afectan directamente al club y su accionariado.
Tras su detención, Vieira anunció la suspensión temporal como presidente del club, cargo que recayó en el hasta ese momento vicepresidente, el exfutbolista Rui Costa, que planea elecciones antes de que acabe este año.