Ya pasaron seis años del día en el que Ariel Ortega decidió terminar su carrera en el futbol, tras un paso por Defensores de Belgrano, en la B Metropolitana; ídolo en River, sus gambetas fueron su marca registrada. Los Millonarios y la selección argentina fueron sus dos grandes amores.
“Haber jugado en River fue maravilloso, pero haber podido formar parte de la selección argentina, estando en tres Mundiales, fue lo más extraordinario que me pasó en la vida. Yo amo el futbol y la verdad es que haber podido participar en Mundiales, incluso siendo parte en la Fase Eliminatoria, es lo máximo a lo que aspira todo jugador cuando entra en una etapa profesional. Era mi sueño y yo pude cumplirlo”, le aseguró el Burrito a RÉCORD, pese a estar de vacaciones con su familia.
Con toda la experiencia que llevas sobre tus espaldas. ¿Por qué crees que pese a tener al mejor del mundo, Argentina tiene dificultades para armar un equipo efectivo?
El futbol no es tan sencillo. Por supuesto que esto también lo hablamos con amigos en un asado, es la pregunta que todos nos hacemos, pero si el futbol fuera matemáticas, sería más sencillo.
No es una ciencia exacta y siempre sorprende: eso es lo que tiene de lindo también. Uno no entiende el porqué de algunas cosas, porque yo también veo los fines de semana lo que todos los jugadores de selección hacen en sus equipos, en sus Ligas, y es una cosa de locos porque son fenómenos, son cracks. Y después tienen que adaptarse a otro equipo distinto del que tienen en lo cotidiano y cuesta.
Tiene que ver con eso o tiene que ver con distintos tipos de juego. En Italia no juegan como en Francia ni como en España ni como en Inglaterra.
El futbol es futbol en todos lados del mundo, pero hay algo que es cierto. Las Eliminatorias Sudamericanas, por ejemplo, no tienen nada que ver con lo que sucede en el futbol europeo. Y no desmerezco, sólo marco que hay diferencias sustanciales. Yo jugué muchas Eliminatorias y la verdad es que son muy difíciles. Ir a jugar a Paraguay o a Bolivia y a Ecuador en la altura, por ejemplo. No hay punto de comparación con nada.
¿Por qué?
Porque los defensores tienen más mañas, por ejemplo. Son partidos que se juegan, alcanzar un sueño como es un Mundial y se juegan distinto. Es muy difícil de explicar en palabras, pero si hablas con quienes formaron parte van a coincidir.
¿Y por qué todo le cuesta tanto a esta generación?
La respuesta no es con palabras, es con el corazón y es indescriptible. Yo creo que esta generación argentina merece ser campeona del mundo.
Pero el futbol no se merece, se juega y cuando lo haces bien tienes más chances de alcanzar el objetivo que cuando lo haces mal, aunque hay excepciones.
Sí, pero esta generación argentina tiene calidad y le ha dado mucho a la Argentina, ¡eh!
Tres Finales jugadas divide la biblioteca. El 50% cree que es meritorio y el otro 50% un fracaso.
Fracaso es otra cosa. Sucede que el argentino es así: ¡criticaron a Messi por tantas pavadas! Hasta que se dieron cuenta que sin él todo se hace cuesta arriba, pero se dieron el lujo de criticarlo, de cuestionarlo. Eso es una locura. Teniendo al mejor, lo han cuestionado. Messi ha llevado la bandera argentina al mundo y mientras el mundo entero lo ama en su propia casa lo critican.
¿Y como exjugador qué sientes cuando sucede algo así?
Impotencia. Yo quiero que esta generación gane una Copa del Mundo, así Messi tiene lo que merece. Quiero que Argentina salga campeona sólo por él. Nunca se escondió, nunca puso excusas, siempre fue al frente como loco y gran parte de lo que tenemos, lo tenemos gracias a él.
¿Por qué todos los jugadores son figuras en sus equipos y en la selección no logran un equipo que de resultados, al menos con continuidad?
Porque no es soplar y hacer botellas. De todas maneras, en la etapa Eliminatoria, por lo general es así.
A mí me tocó jugarlas y también nos sucedió. Una cosa es esa etapa y otra la Copa del Mundo misma. En las Eliminatorias o en partidos amistosos inclusive te juntas como máximo con cinco días de anticipación. No es excusa, pero vienes cargado físicamente de tu Liga, el vuelo.
Son muchos los factores que influyen porque tienes que llegar y en dos días cambiar el chip y ser perfecto y no son robots, en el futbol la cabeza influye y mucho.
En un fin de semana, Agüero te hace cuatro goles, Higuaín tres y después en la selección cuesta más. Estoy seguro de que en estos meses que quedan van a poder ensamblar.
¿Hay que tener un chip especial en la etapa mundialista?
Todo sucede en un mes y tienes que estar con todos tus sentidos alertas y tus habilidades al 100%. Son siete partidos con un solo objetivo.
¿Argentina es Messidependiente?
Sin Messi, Argentina no hubiese logrado lo que hasta ahora. Sí, dependemos de él para marcar la diferencia, sin dudas. Se ilumina y desequilibra en un segundo. Te gana partidos él. Creo que el resto tiene que acompañarlo, entenderlo y dejarlo ser y el entrenador saber ver esto para acompañarlo de ese modo.
Sampaoli llegó en un momento crítico, agarró un hierro caliente y clasificó. ¿Es más sencillo sin esa presión?
Nunca es sencillo. Sampaoli no tiene a los jugadores todos los días para lograr lo que él quiere del modo en el que él lo quiere. Pero esto fue así siempre. Quizás en otros Mundiales hubo un poco más de tiempo. Por ejemplo, para México 86, Bilardo tuvo casi un mes de preparación. Hoy eso prácticamente es una utopía, un imposible. Lo que le pasa a Sampaoli le pasa a todos los técnicos que jugarán la Copa del Mundo y estará en su sabiduría y en su experiencia elegir lo correcto. Añoro que se dé lo mejor para que se dé el sueño.
O sea que el entrenador que decide dirigir una selección nacional tiene que conformarse con ser un seleccionador...
No hay excusa. Sampaoli no las tendrá, tiene a los mejores a disposición y debe saber rodear a Messi para que lo acompañen. Sabía con qué se encontraba si aceptaba el reto. Si aceptó es porque está capacitado. Ahora tiene que rodar la pelota y estamos en sus manos y en las de Messi.
Todo puesto en Messi. ¿No es demasiada presión para él?
No creo que sienta presión. Sí creo que debe sentir mucha ansiedad, amor propio. Todos lo presionamos pero él, con su experiencia, sabe capitalizarlo en amor propio. Ama jugar al futbol y necesita, merece, debe levantar esa Copa. Los ojos del mundo estaban sobre él.
