"Solo tengo 29 años", fueron las primeras palabras del centrocampista danés Christian Eriksen tras recuperar la consciencia, según explicó el alemán Jens Kleinefeld, uno de los médicos que lo atendió.
Kleinefeld, en declaraciones a medios alemanes dijo que tras el desfallecimiento de Eriksen se utilizó, tras unos minutos de masaje cardiaco, un desfibrilador y que se le aplicaron choques eléctricos.
"Cerca de 30 segundos después el jugador abrió los ojos y pude hablar con él. Fue un momento conmovedor porque en esas situaciones las posibilidades de éxito son escasas. Le pregunté en inglés: "¿Otra vez estás aquí?", detalló Kleinefeld.
"Sí, aquí estoy... mierda, solo tengo 29 años", respondió Eriksen. Kleinefeld estaba en Copenhague en la tribuna como médico experto en dopaje y había hecho un entrenamiento especial para incorporarse al equipo sanitario de urgencia.
En un primer momento, cuando Eriksen se desplomó, Kleinefeld no pensó que tuviera que intervenir.
"Luego vi a los médicos daneses agitados, le hice una seña al equipo de urgencia para que entraran al campo y dejé la tribuna. Tengo formación de médico de urgencias y sé como reaccionar en esas situaciones", explicó.
Kleinefeld comentó que, tras las medidas de reanimación, estaba convencido al 99 por ciento que Eriksen llegaría estable al hospital.
"En deportistas profesionales que son permanente examinados se trata normalmente de una especie de cortocircuito. El choque eléctrico da el impulso de que se reanude la actividad del corazón. Con un paciente así, a diferencia de lo que ocurre con pacientes con patologías previas, el peligro de que el corazón vuelva a detenerse es mínimo", detalló.