La fría mañana rusa del 29 de noviembre de 2018, tanto Max Verstappen como Daniel Ricciardo dieron la última muestra de debilidad de Red Bull… hasta ahora. Ese sábado, ni el neerlandés ni el australiano pudieron meterse a la fase final de la calificación en Sochi, la cual fue ganada por Valtteri Bottas, pero que de poco le sirvió en la carrera ante su excompañero en Mercedes, Lewis Hamilton.
Casi cinco años después, luego de 102 calificaciones, Red Bull Racing no tuvo representación en una Q3, con Singapur como escenario de la tragedia. Verstappen y el mexicano Checo Pérez vivieron una jornada de pesadilla en la que se fueron a descansar temprano y tuvieron que ver cómo Carlos Sainz, de Ferrari, se quedó con la pole position, seguido de George Russell, de Mercedes, y de Charles Leclerc, el otro Cavallino Rampante.
Desde ese tropezón de RBR en Rusia, en 2018, el orgullo de Mad Max se reconstruyó y ahora es el piloto con más poles en los últimos cinco años, con 28 posiciones de honor (todas las de su carrera). Le sigue Hamilton con sus 24, aunque ese número parece que ya no crecerá mucho más.
No obstante, a Verstappen no le incomoda no salir en primera fila, pues presume triunfos remontando incluso desde la décimo cuarta posición, como en Bélgica el año pasado. La situación para mañana no es tan dramática como en Zandvoort, ya que el neerlandés largará desde la undécima plaza, aunque en su contra está el buen momento que atraviesan escuderías como Ferrari, Aston Martin y Mercedes.