Dalia Ramos es la primera mujer mexicana en trabajar en una escudería de F1, actualmente es jefa del departamento de Ensamblaje y Pruebas en Alpine F1, este fin de semana está en el Gran Premio de México y en entrevista exclusiva con RÉCORD habló de los retos que enfrentó para llegar a su puesto y lo difícil que ha sido mantenerse.
La originaria de la CDMX recuerda perfectamente cómo decidió postular para trabajar en la escudería de Fórmula 1 y cómo fue su proceso.
“Honestamente fue algo que se fue dando, nunca me imaginé que iba a ser necesariamente F1, siempre quise trabajar en la industria automotriz”, comenzó Ramos.
Ella trabaja en la industria aeroespacial, fabricaba turbinas para aviones comerciales cuando decidió que necesitaba un cambio y quería entrar al mundo de los autos, pero sabía que lo siguiente en construir “tenía que ser un auto muy especial”.
Fue en ese entonces cuando encontró la oferta en Alpine y después de un proceso muy largo en donde descubrió que sería la única mujer y única extranjera, y de que el mismo equipo se aseguró de que ella estaba dispuesta a enfrentar el reto porque les preocupaba que el ambiente no fuera lo que ella buscaba, le ofrecieron una oferta formal y le dieron la bienvenida.
“Confiaron en alguien de quien no había referencias dentro de la F1, en la primera mujer que llegaría a cargo de un departamento operacional., en algo que ellos nunca habían visto antes”, expresó durante la plática.
Dalia considera que el camino para entrar a la máxima categoría del automovilismo fue complicado al igual que cualquier proceso para entrar a empresas de esa magnitud, pero nunca lo vio como imposible porque confió en sus capacidades y lo más importante, las personas involucradas siempre le dieron las mismas oportunidades sin importar su género, ni su nacionalidad.
“El día que todos los jefes me conocieron, a las tres horas me dijeron: “Te queremos en el equipo”, compartió.
Mantenerse en su puesto ha sido otra historia, lo describió así: “Una vez dentro es cuando te das cuenta de cuáles son los verdaderos retos, ahora sí cuál es el tamaño del paquete, cuál es la montaña qué hay que escalar y ahí es cuando ya no hay pretexto, eso es más retador.”
Con respecto a la participación femenina en la máxima categoría del automovilismo y cómo esta comienza a crecer, Alpine es uno de los equipos que tiene uno de los proyectos más ambiciosos en este sentido y Ramos destaca que desde el principio le dejaron claro que son conscientes de que les falta mucho por mejorar, pero quieren hacerlo, e incluso han pedido la orientación de la mexicana para saber cómo actuar y tener mejores condiciones laborales en la fábrica en Enstone.
Como representante mexicana, volver a casa, ver a sus padres, a quienes llevó al paddock, y convivir con la gente es algo que motiva a la ingeniera y nunca imaginó que pasaría, aunque “siempre fue un sueño que tuvo, poder impactar en el país, poder hacer algo grande”, inspirar no solo a mujeres, sino a hombres también.
Ramos está en un proceso de reestructuración del equipo y de su propio departamento, ella es la cabeza al mando, su siguiente objetivo es lograr que su área sea la mejor de toda la F1 y que los resultados mejoren. Desea llegar más alto y algún día volver a México acompañada de un proyecto grande que ayude al crecimiento y que no deje dudas de que los mexicanos como ella y como muchos más pueden con cualquier reto.