El pronóstico del tiempo avisaba una tormenta aquel 22 de mayo de 2011, pero la lluvia no se apareció en la pista de Montmeló, y Pirelli tuvo que guardar sus llantas húmedas para una mejor ocasión. Pero lo que parecía ser una imprecisión de los meteorólogos no fue sino el presagio de lo que se convertiría en un baño de gloria para Checo Pérez, quien inesperadamente conseguiría en Barcelona sus primeros puntos en Fórmula 1 en apenas su quinta carrera en la máxima categoría.
El mexicano finalizó noveno (por delante de su coequipo Kamui Kobayashi) y sumó los primeros dos puntos de los 728 que totaliza hasta el momento en la categoría reina del deporte motor. Aquel delgado muchacho de escasos 21 años cuyo ímpetu era infinitamente superior a su limitado Sauber es ahora un piloto de abolengo de reciente inclusión a la élite de la mano de Red Bull Racing, equipo al que llegó a base de esfuerzo y resiliencia.
Sin embargo, después de tres carreras, Pérez Mendoza larga sexto en la clasificación general con solo 22 unidades cosechadas, por lo que de vuelta a donde todo comenzó, el Circuit de Barcelona-Catalunya, tratará ahora de aprovechar esa mística que lo acompañó hace una década allí mismo para esta vez subir por primera ocasión al podio con su nuevo equipo y colocarse donde las exigencias lo marcan, entre los cuatro mejores del serial.
Y es que aunque ahora está cobijado por una escudería prestigiosa, el tapatío de 31 años sigue a merced de los caprichos del destino, como en el arranque de la temporada en Bahréin, donde debió remontar en el pelotón tras iniciar desde el pitlane por un problema en el coche para finalizar quinto. Empero, en Imola no tuvo una carrera fácil en condiciones de pista complicadas y perdió toda chance de llevarse un buen resultado al realizar un trompo mientras era cuarto poco después de un reinicio tras una bandera roja.
Recién el domingo pasado en Portimao, Pérez Mendoza pudo medirse palmo a palmo con los dos principales pilotos que está teniendo en la temporada (el Campeón Lewis Hamilton y su coequipero Max Verstappen) además del siempre escudero del británico Valtteri Bottas. La estrategia de Red Bull exprimió al límite la capacidad que posee el azteca para cuidar los neumáticos, mismos que aguantó por 53 vueltas, lo que le alcanzó para liderar durante 17 giros al pelotón.
Es así que en el Gran Premio de España de este fin de semana, Checo tiene la oportunidad de aprovechar el conocimiento adquirido por los descuidos de las primeras carreras en busca de esta vez poder pelear hombro a hombro con los líderes del campeonato y ganarse su derecho de piso de una vez por todas en una Fórmula 1 que ha atestiguado esa incuestionable tenacidad que lo tiene en la antesala de la gloria en la máxima categoría del automovilismo mundial.
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