J.T. Holmes y Mark Broderick, demostraron sus cualidades para el salto base al escalar una antena de 200 metros y lanzarse al vacío en el desierto de Nevada en Estados Unidos.
Como no les bastó dejarse caer, decidieron incrementar el nivel de dificultad al realizar una serie de vueltas hacia el frente durante el descenso.
Holmes y Broderick concluyeron su caída libre al abrir su paracaídas teniendo un aterrizaje perfecto, en donde ambos valientes portaron una cámara Go Pro para preservar mejor su hazaña.