Cerca del área metropolitana de Auckland en Nueva Zelanda, existe un paraíso natural para BMX el cual fue realizado en un bosque.
Las rampas del parque temático están esculpidas en arcilla y se ha cuidado hasta el último detalle estético para realizar cada uno de los saltos.
George Bolter, un rider neozelandés, fue parte del grupo que se encargó de diseñar el trazado y comentó que "lo que nos trajo hasta aquí y nos hizo dedicarle tantas horas fue simplemente el hecho de poder disfrutar de la recompensa".
La pista se volvió muy famosa alrededor del mundo debido a que el trazado fue remodelado copiando los modelos de las rampas legendarias para así completar la experiencia en medio del bosque.
Otro de los creadores de la pista, Alan Cameron, comentó que siente una satisfacción cuando ve a la gente sorprenderse al llegar al lugar.
"Es una satisfacción ver llegar a la gente y su reacción cuando ven lo que hemos hecho aquí".