La semana pasada se realizó la espectacular prueba de motocross Ironman Raceway en medio de malas condiciones climatológicas que llevaron al limite de sus capacidades a los riders.
Las emociones durante la carrera estuvieron al limite y tanto los espectadores como los riders tuvieron que aguantar las condiciones lluviosas que le dieron un toque más intenso a la prueba.
Los riders tuvieron que competir tanto entre ellos como con el barro que se acumuló en la pista, causando problemas en la tracción de las motocicletas y obstaculizando la vista de los pilotos al quedarse impregnada en las gafas de los corredores.
Uno de los participantes que sufrió mas afectaciones por las condiciones del escenario fue Ryan Dungey, quien llegó a Indiana en racha triunfal, a tan solo 7 puntos de Ken Roczen, pero no le salieron bien las cosas y se marchó con 20 puntos de desventaja, con sólo una prueba por disputar.
Las máquinas de motocross están pensadas para la tierra, pero el lodo las tortura y además, les añade peso extra. Se aloja en las juntas y atasca los radiadores, impidiendo que se refrigere el motor y provocando que aparezca un sinfín de dificultades mecánicas.
Los mecánicos suelen incrementar la rigidez de la suspensión porque el lodo se pega por todas partes, pero si llueve o hay grandes charcos, todo ese peso extra se pierde y la moto se vuelve más caprichosa y difícil de controlar.